Los activos son bienes o propiedades que tienen valor económico y que son propiedad de una persona o empresa. Los activos pueden ser tangibles, como una casa o un coche, o intangibles, como una patente o una marca registrada.
Los pasivos, por otro lado, son deudas o obligaciones financieras que una persona o empresa tiene con otras personas o entidades. Los pasivos incluyen cosas como préstamos bancarios, hipotecas y facturas pendientes de pago.
Una forma de entender la diferencia entre activos y pasivos es pensar en ellos como opuestos. Los activos son cosas que tienen valor y pueden generar ingresos, mientras que los pasivos son obligaciones que requieren el pago de dinero. Por lo tanto, los activos son considerados «buenos» para una persona o empresa, mientras que los pasivos son considerados «malos». Es importante tener un balance adecuado entre activos y pasivos, ya que una persona o empresa con demasiados pasivos puede tener problemas financieros.